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Respecto a la concesión de la Medalla de Oro de Palencia a la Cofradía de Jesús Nazareno, nuestro voto negativo tiene una argumentación que no ha trascendido más allá del propio Pleno.

Defendíamos un reconocimiento a la Semana Santa palentina que social, cultural y turísticamente es positiva para la ciudad, pero no queríamos que el Reglamento de Honores y distinciones del Ayuntamiento fuera motivo de competición para ver quien adquiere determinada notoriedad mediante la concesión de algún tipo de reconocimiento por parte del municipio.

Teniendo en cuenta que el número de medallas de oro que se pueden otorgar está limitado a 10 y que los merecimientos que explicita “de las personas físicas o jurídicas tienen que ser excepcionales e implicar extraordinarios beneficios materiales o espirituales para la ciudad de Palencia” son complicados de evaluar. Porque a veces, las personas y las organizaciones que merecen la distinción no están interesadas en que nadie la solicite para ellas y cuando se ha concedido alguna no siempre ha obedecido a criterios objetivos y de consenso entre los corporativos.

En cualquier caso tendríamos que valorar ambas realidades de una forma menos subjetiva y menos dependiente del entorno de la persona o entidad a homenajear. Se trata de la lucha continua de Ganemos Palencia por sacar las decisiones de los despachos del Ayuntamiento y por la creencia de que necesitamos la participación de la ciudadanía para facilitarnos el gobierno de nuestra ciudad en el futuro. Así lo hemos hecho con los presupuestos municipales, con la democratización del callejero que incumplía la ley de memoria histórica y por esa senda vamos a seguir transitando en la Institución y en la calle para cambiar la forma tradicional de hacer política.

También habría que tener presente la perspectiva histórica de este tipo de distinciones, así como dejar pasar un cierto tiempo cuando alguien de nuestra ciudad haga algo relevante a nivel intelectual, social, deportivo, o de cualquier otra índole.

El consenso es la mejor arma para establecer qué entidades o personas son dignas de reconocimiento.

 

Y aún así no estaríamos libres de tener que revocar alguna de esas concesiones como ha pasado recientemente con la medalla del dictador Franco o pasará dentro de poco con el cambio de nombre de calle y el Pabellón municipal de deportes a Marta Domínguez.

Considero pertinente que haya una revisión del Reglamento de honores y distinciones del Ayuntamiento de Palencia para debatir cómo debemos aplicar este tipo de reconocimientos de manera participada por la ciudadanía.

Un mes después de la entrega de esta medalla de Oro a la Cofradía de los nazarenos se ha generado una polémica respecto a la normativa que prohíbe a “gais, lesbianas, divorciados, parejas en concubinato o dirigentes sindicales” acceder a la Presidencia de la Hermandad de Cofradías y a las declaraciones del actual presidente diciendo que “dentro de la Iglesia a la que pertenecemos no deben sorprendernos estas premisas”.

Tengo que decir como cristiano que me sorprenden mucho estas premisas. Por un lado teniendo en cuenta el Catecismo de la Iglesia que dice sobre los homosexuales: “se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”. Obviamente, esta no es la Iglesia en la que creo y prefiero aquello que decía Jesús de que no juzguemos y no seremos juzgados, hablar del Dios de la vida, del Dios Amor, todo misericordioso, … Ese que descubrí en la Juventud Estudiante Católica, en los movimientos de Acción Católica y que me llevó a asumir mi compromiso socio-político. Y es desde él que no puedo aceptar esta exclusión injusta por orientación sexual, por estado civil o por ser dirigente sindical, como la que asume el presidente de la Hermandad de Cofradías.

Sería pertinente que se actualizaran los estatutos de la Hermandad de Cofradías de Palencia para que sean más cristianos y que el acceso a su presidencia se adapte a la Constitución del 78 que cita en su artículo 14: “sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

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