La actual crisis sanitaria está dejando al desnudo algunas de las vergüenzas nacionales que se han venido gestando desde hace unas décadas. Una de ellas es el debilitamiento del sistema sanitario público que, si ya quedaba saturado cada año cuando se enfrentaba a una esperada gripe estacional, la pandemia del coronavirus ha hecho que saltaran todas sus costuras; otra, el abandono a su suerte de los mayores, reflejado en una paulatina reducción de plazas de residencias públicas para propiciar un negocio puramente mercantil disfrazado de social, las residencias privadas de ancianos, por las que se trasvasa una enorme cantidad de renta, toda la del anciano/a y buena parte de la de los hijos e hijas. Residencias reguladas por unas normas que en lo relativo a plantillas de personal son vergonzosamente insuficientes, con espacios y servicios poco exigentes, normas que se incumplen con excesiva frecuencia y tolerancia.

El 80% de los centros residenciales en la provincia de Palencia son privados, 3497 plazas privadas por 580 públicas (datos actuales del CSIC). En nuestra ciudad más de 1800 vecinos y vecinas viven en estos centros confinados, aislados o sufriendo en soledad los efectos de una enfermedad para la que ellos son el centro de la diana. De los fallecimientos registrados a 9 de julio por causa del Covid-19 en Castilla y León, 5.794 fueron personas en residencias de mayores, de ellos, 314 en Palencia, y son cifras con toda probabilidad infravaloradas, dada la opacidad de algunos centros para conocer datos reales y los escasísimos test diagnósticos para coronavirus que se realizan entre éstos conciudadanos que, siendo población de riesgo y preferente para esos análisis, tal y como señalan los protocolos de actuación de la Consejería de Sanidad, se realizan a cuentagotas en contra de lo que cabría esperar y a tenor de los datos reseñados.

En definitiva, el coronavirus ha desnudado las vergüenzas de los centros residenciales para personas mayores y ha dejado al descubierto el insostenible modelo de cuidado de personas mayores imperante en España. Necesitamos urgentemente cambiar este modelo y medicalizar nuestras residencias geriátricas, acabar con el hacinamiento en grandes centros y dotar de personal suficiente y especializado a cada una de las residencias.

 ACUERDO

PRIMERO.- Instar al gobierno central y al gobierno autonómico a impulsar un sistema de residencias público, universal, de calidad y de gestión directa o en colaboración, entendiendo que el sistema de cuidados de personas mayores debe ser un modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP), que respete y fomente la autonomía y la dignidad de las personas y proporcione unos servicios adaptados  a las necesidades de las personas. Las residencias deben tender a ser un lugar donde vivir como en casa.

SEGUNDO: Instar al gobierno central y al gobierno autonómico a que garantice una eficiente coordinación y asignación conjunta en las prestaciones entre Salud y Servicios Sociales, aplicando un modelo de cuidados que respete la autonomía, dignidad y preferencias de cada persona.

TERCERO: Instar al gobierno central a elaborar, en coordinación con las comunidades autónomas, un Programa de acreditación de calidad de Residencias de Mayores, que permita garantizar una atención digna a las personas mayores.

CUARTO: Instar al gobierno central y al gobierno autonómico a revalorizar y dignificar el trabajo de cuidados, garantizando a las trabajadoras de las residencias tanto un salario adecuado y suficiente como condiciones de trabajo seguras y con todos los medios de protección necesarios.

QUINTO: Instar al gobierno autonómico a medicalizar las residencias para evitar la situación producida por el COVID, bajo una única autoridad sanitaria, haciendo que los grupos COVID-Residencias, que dice haber constituido en cada área la Consejería de Sanidad, con personal de la atención Primaria y Hospitalaria, tomen las riendas de esta dramática situación.

SEXTO: Instar al gobierno autonómico a que asegure la transparencia en la gestión de los servicios residenciales y reforzar los mecanismos de inspección y control necesarios.

SÉPTIMO: Instar a la Junta de Castilla y León a elaborar un Reglamento adecuado a las necesidades de nuestra CCAA, que apueste por lo público y obligue a las residencias a dotaciones de personal especializado y suficiente, fomentando también la creación de residencias más pequeñas y preparadas ya para la lucha contra futuras pandemias de una manera más eficaz.

OCTAVO: Que el Ayuntamiento de Palencia colabore con otras administraciones y garantice suelos o equipamientos públicos para impulsar en nuestro municipio un sistema de residencias público, universal y de calidad.

NOVENO: Que el Ayuntamiento de Palencia, a través de los servicios sociales municipales, detecte necesidades o incumplimientos objetivos en cualquier establecimiento residencial de personas mayores o con discapacidad del municipio, al objeto de transmitir la situación a las instancias competentes para la actuación que proceda.

DÉCIMO: Instar al gobierno central y autonómico y que el Ayuntamiento colabore en:

  • Desarrollar programas destinados a mejorar la calidad de vida de los mayores en su propio hábitat (incluyendo fórmulas como “viviendas compartidas” o “cohousing”)
  • Reforzar y mejorar el Servicio de Ayuda a Domicilio (para poder vivir en familia o en su propia casa)
  • Incrementar la atención y cuidados en los Centros de Día (con más especialización y mayores programas de fisioterapias, terapias ocupacionales, recreativas, culturales…)

 

Moción presentada en el Pleno del Ayuntamiento del 16 de julio de 2020 con el resultado de 13 votos en contra (PP, Cs, Vox) y 12 votos a favor (PSOE y Ganemos Palencia) por lo que quedo rechazada.

 

Foto: Manuel Bragimo Norte de Castilla

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