La actual crisis sanitaria está dejando al desnudo algunas de las vergüenzas nacionales que se han venido gestando desde hace unas décadas. Una de ellas es el debilitamiento del sistema sanitario público que, si ya quedaba saturado cada año cuando se enfrentaba a una esperada gripe estacional, la pandemia del coronavirus ha hecho que saltaran todas sus costuras; otra, el abandono a su suerte de los mayores, reflejado en una paulatina reducción de plazas de residencias públicas para propiciar un negocio puramente mercantil disfrazado de social, las residencias privadas de ancianos, por las que se trasvasa una enorme cantidad de renta, toda la del anciano/a y buena parte de la de los hijos e hijas: reguladas por unas normas que en lo relativo a plantillas de personal, lo que cuesta dinero, son vergonzosamente insuficientes, con espacios y servicios poco exigentes y que se incumplen con excesiva frecuencia y tolerancia.

El 80% de los centros residenciales en la provincia de Palencia son privados, 3497 plazas privadas por 580 públicas (datos actuales del CSIC). En nuestra ciudad más de 1800 vecinos y vecinas viven en estos centros, confinados, aislados o sufriendo en soledad los efectos de una enfermedad para la que ellos son el centro de la diana. De los 253 fallecimientos registrados ayer, jueves 26 de marzo, por causa del covid-19 en Castilla y León, 101 -¡el 40%!- lo han sido de personas en residencias de mayores, y son cifras con toda probabilidad infravaloradas, dada la opacidad de algunos centros para conocer datos reales y los escasísimos test diagnósticos para coronavirus que se realizan entre éstos conciudadanos que, siendo población de riesgo y preferente para esos análisis, tal y como señalan los protocolos de actuación de la Consejería de Sanidad, se realizan a cuentagotas en contra de lo que cabría esperar y a tenor de los datos reseñados.

Ganemos Palencia hace un llamamiento para una intervención pública en las residencias de nuestros mayores y urge para que, de inmediato, se adopten medidas:

 

  • Medicalizando todas las residencias de mayores bajo una única autoridad sanitaria, haciendo que los grupos COVID-Residencias, que dice haber constituido en cada área la Consejería de Sanidad, con personal de la atención Primaria y Hospitalaria, tomen las riendas de esta dramática situación.

 

  • Poniendo fin a la discriminación social por edad o riqueza, que hace del acceso a pruebas diagnósticas y hospitalizaciones un calvario en tanto que para otras es un camino de rosas. Los recursos del sector sanitario privado, que tanto crecieron con los recortes al sector público, se han poner, de manera efectiva e inmediata, al servicio del interés general, como ordena el R.D. de alama sanitaria publicado por el Gobierno de la Nación.

 

  • Intensificando la labor inspectora de la Junta de Castilla y León para exigir el escrupuloso cumplimento de la normativa que regula la actividad de estos centros, especialmente en lo que concierne al número de personas para el cuidado y la atención de los residentes.

 

  • Dotar a todo el personal al cuidado de nuestros mayores de los equipos de protección adecuados para evitar ser fuente de transmisión del virus a esta población sensible, al tiempo que preservar su salud y el contagio a sus familiares.

 

  • Que los servicios sociales del Ayuntamiento, como administración más próxima a la ciudadanía de Palencia, velen por el bienestar, la seguridad y la salud de estos vecinos y vecinas en estos meses tan críticos para todos, acogiendo las demandas y trasladando las quejas a las administraciones competentes. Vemos necesario que estos servicios se refuercen haciendo uso de las posibilidades de mayor financiación que, para ese fin, se han previsto en las medidas excepcionales del Gobierno.

 

Cuando pase todo habrá que exigir a los gobiernos que dejen de abandonar a la población mayor, que ven manifiestamente vulnerados sus derechos sociales en este país.

 

Foto: Manuel Bragimo Norte de Castilla

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