Por Sonia Ordóñez Rodríguez, Concejala de Ganemos Palencia

 

Decía Marina Garcés hace unos días durante la Bienal de Pensamiento 2022 que, según Hannah Arendt, la promesa desafía la incerteza y, siguiendo esta idea y, como una cosa lleva a la otra, si algo es Ganemos Palencia es una promesa común que se ha desarrollado durante ocho años y en lo personal cada una de las personas que formamos Ganemos Palencia hemos hecho la promesa común de soñar y debatir para lograr otra Palencia posible.

En las asambleas numerosísimas que hemos celebrado a lo largo de los últimos ocho años, con más o menos participación, ha habido cabida para toda la gente que se viera como parte de esta promesa común, mantenida en el tiempo, que ha llevado a una pertenencia, a un pensar juntos, debatir, llegar a consensos y llevar nuestras ideas a la institución local.

Si algo hemos logrado es mantener la promesa de nuestro modelo de ciudad, conocido, que paso a resumir: una Palencia cuidada que cuida de su gente, que favorece vivir en ella, que escucha, que no sabe salir adelante sin el sentir común de las gentes que participamos en este proyecto.

Un proyecto centrado en lo local, organizado en asambleas abiertas, con un programa creado a base de participación ciudadana, abierto y horizontal en su elección de candidatos y en sus decisiones.

Tampoco vamos a negar una parte que se reconoce como más ideológica, y obviando que el derroche de dinero del Ayuntamiento en numerosas obras prescindibles ha sido en detrimento de la limpieza y el cuidado de la ciudad, con todos los servicios básicos ejercidos por empresas privadas, descuidando al personal, Palencia sigue sin un plan de empleo propio, sin ayudas directas a los autónomos ni en vivienda, ni para jóvenes y con escasez para personas desfavorecidas.

Por mi parte, con muchos errores y con aciertos, quiero agradecer el tesón infinito de mis compañeras y compañeros hasta hoy, no solo he encontrado mi lugar en Ganemos, Ganemos es mi sitio. Deseo que esta forma de democracia participativa, abierta y horizontal no acabe nunca.

Cambiemos el panorama con la gente, con toda la buena gente. Mucha esperanza hace falta, mucha crítica y también mucho consuelo.

 

 

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