A continuación reproducimos el discurso de investidura de nuestro diputado de Izquierda Unida – Ganemos Palencia Eduardo Hermida durante el Pleno de Diputación del viernes 28 de junio:

 

Muchas gracias señora presidenta.

Buenos días a todos y todas y gracias por acompañarnos en este acto de investidura.

Para empezar, me gustaría comenzar esta intervención retrocediendo a hace 4 años, cuando tomé la decisión de comenzar de forma mucha activa, mi vida política.

Recuerdo perfectamente como en la ocasión en la que me propusieron estar dentro de la candidatura de Izquierda Unida en mi municipio, Villamuriel, mis palabras fueron:

“De acuerdo, pero lo que sí os digo es que, si alguien propone algo beneficioso para los vecinos, independientemente del partido político del que venga la propuesta, yo la apoyaré”

Y ¿saben cuál fue la respuesta que recibí? “Claro, es que es así como debe de hacerse la política”.

Está claro que siempre hay diferentes puntos de vista sobre las cosas y cuando en raras ocasiones todos estamos en principio de acuerdo en algo, siempre surge quien, por ejemplo, prefiere que eso se haga otro día, en diferente ubicación… en fin, que es realmente complicado que todos estemos al 100% en sintonía. Pero es que es ahí, precisamente ahí, en esa falta de sintonía, en ese desacuerdo, en esas distintas opiniones, pero, sobre todo, en la voluntad de salvar esas diferencias, donde nace la democracia y la pluralidad.

Y para eso estamos aquí, eso es lo que esperan todos y cada uno de los vecinos que nos han situado en nuestros ayuntamientos y en esta diputación provincial, que hagamos su vida más sencilla, que mejoremos sus servicios, su calidad de vida, que les representemos y seamos su voz… pero para eso, todo debe partir de la base del entendimiento y de la cooperación. Y es que, cuando existe un gobierno con mayoría absoluta, da igual el color político, se corre el riesgo de creer que podemos obviar la opinión de los grupos de la oposición cuando no estén de acuerdo con lo que nosotros pautemos desde nuestra posición ventajosa. Pero oigan, es que detrás de cada uno de los representantes políticos, existen miles de personas a las que representan, que opinan del mismo modo y que se merecen ser escuchadas. Cada vez que el rodillo de la mayoría absoluta pasa por encima de los grupos minoritarios, que no se nos olvide, se está silenciando la voz de muchos de nuestros vecinos, que aun siendo de diferente color político, no por eso dejan de ser nuestros vecinos.

Lamentablemente, he podido comprobar en estos 4 años como Diputado Provincial, que este hecho se produce con cierta regularidad en esta institución, donde efectivamente existe una clara mayoría absoluta. Es cierto, que algunas de las propuestas que se hacen desde todos los grupos de la oposición, son aceptadas; pero eso sí, siempre y cuando y si me permiten el símil, enriquezcan la receta del que está cocinando. Y siguiendo con la analogía gastronómica, es como cuando a nuestros hijos les decimos “¿Quieres el pescado rebozado o a la plancha?”. Vaya, que pescado van a comer. ¿Verdad que no aceptamos que el niño o niña en cuestión nos diga que quiere pizza? Es entonces, una libertad de decisión un tanto efímera. Pues eso es justamente lo que ocurre aquí en muchísimas ocasiones.

Existe cierta cerrazón a las propuestas que se salgan del plan establecido, se nos echan abajo normalmente por sistema y vemos, no sin cierta sorpresa y un tanto escandalizados, como, cuando cambia el color político en el Congreso de los Diputados, es precisamente el grupo de gobierno de Diputación, quien, ahora sí, propone las mismas cosas que rechazó en su momento, cuando su partido ostentaba la presidencia del país.

En fin, será que a lo mejor llevo poco tiempo en estas lides, pero a mí, no sé a ustedes, estas cosas me parece que tienen un cierto tufillo de anteponer los partidos políticos a nuestros ciudadanos. Aquello que es bueno, lo es, gobierne quien gobierne.

Y es que durante este tiempo, he podido observar como sistemáticamente, cualquier moción, viniera del partido que viniera (normalmente de la oposición), que quisiera proponer algo que en muchas ocasiones evidenciaba la mala gestión de instancias superiores, del mismo color político que esta institución provincial, eran rechazadas sin ningún miramiento, aduciendo que desde aquí no podemos decirles qué o cómo deben de hacer las cosas o dando cualquier frío dato que pudiera encajar para defender ese rechazo a la moción. Pero seamos realistas, en el fondo, en muchas de las ocasiones, el único motivo real que existe para rechazar una moción, es, simplemente, no incordiar a los compañeros del partido popular de la Junta de Castilla y León.

Pues bien, la Junta de Castilla y León es un motivo de interés recurrente en la muchas de las mociones que se presentan en esta casa. Temas de la importancia y del calibre de la sanidad, la educación, los servicios sociales, etc.  que son de competencia regional y que, no nos engañemos, cada vez cuentan con menos recursos en nuestros pueblos y que, además la Junta deriva a las Diputaciones haciendo de algún modo, cierta dejadez de funciones. Pongamos un ejemplo, la competencia de Servicios Sociales, de la Junta, conforme al acuerdo marco, hace que sean las Diputaciones quienes acaben gestionando un servicio que no les es propio y a cambio, en su infinita generosidad la Junta, pagará las facturas, dentro de los períodos que se hayan acordado. No nos engañemos, normalmente bastante tarde. Pero es que mientras tanto, esta casa debe de pagar los sueldos de los trabajadores y trabajadoras que cumplen con el servicio, debe de pagar para que dicho servicio cuente con los medios para funcionar correctamente.

Y ¿en qué posición deja a las Diputaciones este hecho?, pues es muy fácil de entender, nos rebaja a ser en cierto modo y si me permiten la expresión, los “paganinis” de la Junta de Castilla y León.

No les negaré, que el modelo que nosotros planteamos en cuanto a gestión provincial, en nada tiene que ver con las Diputaciones. Nosotros creemos que se podría trabajar de forma mucho más cercana y efectiva mediante las Mancomunidades o con modelos de Comarcalización, en los que al final, las personas encargadas de decidir de qué modo gestionar sus comarcas o zonas geográficas, sean personas de esa misma zona, que conocen en profundidad las diferentes problemáticas y casuísticas que se les dan a diario y que, en un esfuerzo colectivo de los municipios de esa zona y no nos olvidemos, con los fondos que les correspondieran de las aportaciones del Estado, gestionen los servicios de forma mancomunada al igual que los bienes comunales.

Como digo las Diputaciones no son el modelo de Izquierda Unida Ganemos Palencia y ahora es cuando yo hago un ejercicio de mentalismo y los oigo pensar “y si no creéis en ellas ¿por qué estáis en ellas?”, a que algunos lo estaban pensando. La respuesta es bien sencilla, las cosas en muchos casos se cambian desde dentro. Al final es como esas veces en las que oímos una noticia de una decisión judicial, a veces nos parece hasta escandalosa, con la que no estamos de acuerdo pero que actúa conforme a la legislación vigente y que hay que acatar, aunque no nos guste. Pues eso nos ocurre en este caso, no creemos en este modelo de gestión provincial, pero es el que hay y si pretendemos cambiarlo, como ya he dicho, debe de ser desde dentro.

 

Y en eso estamos.

El primer problema que sufre esta provincia, como muchas otras en nuestro país, es la despoblación.

Las políticas actuales tienden a vaciar poco a poco los núcleos de población más pequeños en pro de otros mayores que ofrezcan más facilidades para vivir. Esa es la teoría, pero en la práctica vemos como este hecho más allá aún, me explico. Podría decirse que entonces, la gente de nuestros municipios va poco a poco marchándose hacia, por ejemplo, la capital. ¿Entonces cómo es posible que precisamente sea la capital uno de los municipios que, en porcentaje, más población ha perdido en los últimos años?, pues la respuesta es que ya existe otro núcleo aún mayor, que ha comenzado a fagocitarla, Valladolid.

Este hecho, me recuerda a una vez que mi mejor amigo me comentó, no sé a raíz de qué conversación, “¿tú sabes que es lo que más hay en Estado Unidos?”. A esta pregunta se nos pueden ocurrir infinidad de respuestas, pero ¿saben cuál era finalmente la respuesta? Lo que más hay en Estados Unidos es… sitio.

Estados Unidos es el país que mejor sirve de ejemplo del capitalismo y políticas neoliberales y nosotros estamos tomando su ejemplo.

Pero volviendo a nuestra provincia, la despoblación sería preocupante, aunque algo menos, si las personas se marcharan de nuestros municipios más pequeños a nuestros municipios más grandes, pero no es así, el verdadero quiz de la cuestión es que se están marchando de la provincia. Nos estamos vaciando.

Nosotros creemos que, que la despoblación se fundamenta en tres patas, el trabajo, la vivienda y los servicios.

Un vecino del pueblo X, puede tener que desplazarse 50 km todos los días por motivos laborales y lo asume, ahora bien, que tu hijo se ponga muy malo a las dos de la mañana y tengas que hacerte 20 o 30 kilómetros para llegar al médico o a la farmacia de guardia más cercana. O volviendo a los hijos, que donde más nos duele, si tiene que hacerse una hora de autobús diaria (con el consiguiente riesgo que también supone ponerse en carretera), para ir a colegio o al instituto…

Sirvan estos factores como ejemplo de lo que seguro nos hace plantearnos irnos a vivir a un lugar que tenga estos servicios y dejar nuestro municipio.

Pero es que las políticas actuales que tenemos a nivel regional quieren profundizar más en el tema con las ya famosas Unidades Básicas de Ordenación y Servicios del Territorio UBOTS, en las cuales se pretende dotar de servicios a los municipios cabecera y que los municipios más pequeños tengan esos servicios, pero yendo al pueblo vecino. ¿Recuerdan lo que decía hace un segundo acerca de que los pueblos pequeños se vaciaban en pro de los más grandes? Este es el modelo que se pretende seguir.

En cuanto a otra de las patas de la despoblación, la vivienda, por ejemplo, ha contado con propuestas de Izquierda Unida Ganemos Palencia que buscaban crear un parque de viviendas público que facilite que los nuevos vecinos que quieran venir a nuestro pueblo, lo tengan fácil, porque no nos engañemos, en muchos de nuestros municipios se da el caso de que no hay viviendas vacías y las que lo están, no se encuentran en condiciones de habitabilidad por estar medio derruidas incluso. Las enmiendas que hemos presentado con esta idea, jamás se han visto apoyadas por esta institución.

Y finalmente, la otra pata fundamental, el trabajo. Entre otras muchas propuestas que hemos hecho, creemos que se podría favorecer la creación de pequeñas industrias que den una vuelta de tuerca a la producción tradicional de nuestra provincia. Pongo un ejemplo, sabemos que cada vez son más los municipios de nuestra provincia que cuentan con plantaciones de lavanda. La producción está vendida desde antes de nacer casi para las destilerías de esencias. Lo que nosotros proponíamos es que se creara una pequeña destilería de esencias en nuestra provincia, que asentara en sus municipios a las familias que en ella trabajasen y que además nos permitiría vender un producto elaborado, con mayor beneficio. Cuál es nuestra sorpresa cuando hemos descubierto recientemente que, de hecho, esto va a ocurrir, en Ampudia.

Pues sirva de ejemplo.

Esta casa, del Partido Popular hasta donde alcanza la memoria, es la encargada de velar por el bienestar de los municipios y sus vecinos en nuestra provincia y en muchas ocasiones está demostrando ya no sólo escasez de ideas sino, además, cierta sordera selectiva hacia las propuestas que les presentamos desde la oposición.

El modelo, la hoja de ruta, marcada desde hace muchas legislaturas nos ha abocado a un permanente sota, caballo y rey que varía en muy poco y que nos está llevando a un modelo de Provincia fallida en la que a las grandes empresas no les vale la pena invertir o instalarse, en la que la población ha disminuido en la última década según el Instituto Nacional de Estadística, casi 11500 habitantes. Perdemos más de 1000 habitantes anuales. Este modelo continuista del Partido Popular carente de ideas nuevas que puedan revertir si ello es posible, este hecho, es además, totalmente reacio a aceptar ideas nuevas. Cuando se nos presentan todos los años los presupuestos de esta casa, los partidos de la oposición, hacemos nuestros deberes y presentamos un número muy grande de enmiendas, de propuestas, que entendemos que podían mejorar nuestra provincia. Es un ejercicio de política constructiva enorme el que hacemos. ¿Saben cuántas de estas propuestas han sido aceptadas en los últimos presupuestos? Ninguna. ¿Y en los anteriores? Pues creo recordar que una. Y no es algo casual este modelo de actuación, es reiterativo año tras año.

Este es un claro hecho de lo que antes hablaba, de la política del rodillo de las mayorías absolutas.

Pero es que este hecho va más allá de la propia Diputación. Nuestros municipios se ven constantemente tutelados por esta casa, que les dice hacia donde han de enfocar sus esfuerzos, qué es más importante y qué no. Me explico. La línea estrella de esta casa son los llamados Planes Provinciales. Justo es decir que funcionan bastante bien y que el Diputado de Área los mima y los cuida como si fueran parte de la familia. Pero déjenme que les explique en qué consisten para que sepamos de lo que hablamos. Los planes provinciales reparten una cantidad muy importante de capital entre los municipios. Conforme al número de habitantes de la localidad en cuestión y su tamaño, esta recibe una cantidad de dinero para realizar obras, que deberán completar con un determinado porcentaje desde el municipio.

Son los plenos municipales de cada una de las localidades los que deciden qué intervenciones han de realizarse, faltaría más, pero es ahí cuando entra la labor de tutelaje, de apadrinar, que mantiene esta casa con nuestros pueblos. Según los baremos que se marcan desde aquí, según la obra esté relacionada con el ciclo hidráulico o según sea otro tipo de actuación, la cantidad económica que debe aportar el Ayuntamiento en cuestión varía, a veces es un 20%, en otras un 30%, consiguiendo así que en cierto modo los plenos municipales se vean “encarrilados” hacia la realización del tipo de obras que desde aquí se han considerado más importantes, puesto que les sale más a cuenta económicamente hablando.

Nosotros abogamos a este respecto porque los fondos que se otorgan a nuestros municipios sean incondicionados. A lo mejor ese año en cuestión el municipio X prefiere utilizar el dinero de los planes provinciales para comprar un vehículo nuevo a su patrulla de policía municipal, a lo mejor quiere usarlo para promover ayudas sociales que mejoren la calidad de vida de sus vecinos, tal vez quieran realizar más actividades culturales con esos fondos, o utilizarlo en gasto común, para pagar facturas y nóminas… No se puede, no con el modelo actual al menos. ¿Quiénes somos nosotros para decirles a los ayuntamientos en qué deben de gastarse el dinero y en qué no? Decirles a ellos qué es lo prioritario para su pueblo parece en cierto modo un ejercicio de control un tanto presuntuoso. Nosotros no vamos a conocer las necesidades de los municipios mejor que ellos.

En definitiva, Planes provinciales sí, pero con fondos incondicionados.

Habría muchos más temas interesantes, pero, no me quiero extender mucho más, no sé si ya me he pasado de tiempo, pero para cerrar mi intervención les dejaré con una de mis citas favoritas, de Albert Einstein que dice:

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes

Pues eso, no seamos unos locos y seamos capaces de innovar.

Muchas gracias, Salud y República.

 

 

 

 

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